Al sur de Santiago, Chile desenreda sus montañas en una extensa planicie que cruza casi 500 kilómetros.
Más allá del Bio Bío, el río que durante la Colonia sirvió de frontera entre el territorio sometido a las autoridades
españolas y el que quedó en poder de los indígenas, se asoman algunos accidentes que rompen la monotonía del  valle central. Son suaves lomajes que se estrellan en la costa con la cordillera de Nahuelbuta, pintorescas montañas
que en el pasado se llenaron de verdo