Carta a de Balmaceda a sus hermanos
José María, Elías, Rafael y Daniel
Carta a sus hermanos [ORIGINAL]
Escrita por el presidente Balmaceda el 18 de septiembre de 1891
Transcripcción
A mis hermanos José María, Elías, Rafael y Daniel
Santiago, septiembre 18 de 1891
Mis queridos hermanos:
Junto con la expiración del mando constitucional que recibí en 1886, he debido contemplar la situación que me rodea.
No puedo prolongar más tiempo el asilo que tan bondadosamente me han dado mis generosos amparadores, sin comprometerlos. Ya se habla del hogar en donde estoy, y puede llegar un momento en que mis enemigos lancen pobladas o partidas del Ejército revolucionario que hagan una tragedia, con daño irreparable de los que me han servido con tan generosa y buena voluntad.
Podría evadirme, pero no me pondré jamás en peligro de ir al ridículo o a un fracaso que fuera el principio de vejámenes y humillaciones que no puedo consentir que lleguen hasta mi persona y el nombre de los míos.
Tomé la resolución de ponerme a disposición de la Junta, pero he desistido. Estos no respetan nada. Se burlarían de mí y me llenarían de inmerecidos oprobios.
Tengo, por fin, formado el convencimiento de que la implacable persecución emprendida contra todos los que me sirvieron y acompañaron, es en odio a mí y contra mí.
No pudiendo prestar a mis amigos y correligionarios ningún servicio en este desquiciamiento general, sólo puedo ofrecerles el sacrificio de mi persona, que será lo único que atenúe las desgracias de los que sufren por mí, y que evite a mi familia que su nombre sea arrastrado, sin defensa ni amparo, por la vía-crucis que preparan mis furiosos enemigos.
He escrito una carta a Vicuña y Bañados, que envío por conducto de Uriburu a Lillo, para que este la haga publicar inmediatamente. Es un documento histórico que debe reproducirse integro en América y Europa, para que se comprenda mi situación y mi conducta. Háganla reproducir. Que no deje de publicarse.
Guardo absoluta reserva de la resolución que he adoptado; pero he dejado escritas algunas cartas indispensables.
Piensen que yo, que he ilustrado nuestro nombre, no puedo dejarlo arrastrar y envilecer por la canalla que nos persigue. Hay momentos en que el sacrificio es lo único que queda al honor del caballero. Lo arrostro con ánimo sereno.
Estoy cierto de que con él, los míos y ustedes tendrán situación más exenta de ultrajes y de sufrimientos, y que los amigos se encontrarán menos perseguidos y humillados.
Velen por mis hijos y vivan unidos.
Después vendrá la justicia histórica.
Encargo a Julio Bañados que haga la historia de mi administración. No descansen en esta tarea. Es necesaria. Digo a Emilia que de todos los recursos que para esto se necesite.
La distancia de esta región a la otra es menos de lo que nos imaginamos.
Nos veremos de nuevo alguna vez, y entonces sin los dolores y las amarguras que hoy nos envuelven y nos despedazan.
Cuiden y acompañen siempre a mi madre, y sean siempre amigos de los que fueron de nosotros.
Suyo siempre.
J.M. Balmaceda
—
Transcripción disponible en el artículo titulado “Las cartas póstumas de José Manuel Balmaceda en el centenario de una crisis” de Dina Escobar Guic y Jorge Ivulic Gómez; disponible en el libro “Dimensión histórica de Chile N°8: Balmaceda y la guerra civil de 1891” de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE). Revisado del texto original.
Reseñas biográficas
José María Balmaceda Fernández (1846 - 1899)
Senador por Cautín, periodo 1891-1897. (se incorporó al Senado, prestando el juramento de estilo, el 4 de junio de 1894).
Nuevamente al Senado, por el periodo 1894-1900, por Cautín. Falleció en mayo de 1899. (En su lugar fue electo Federico Varela, que se incorporó al Senado el 3 de agosto de 1899. La aprobación de sus poderes que dió lugar a un largo debate no llegó a realizarse, y al año siguiente, por haber perdido su oportunidad, fueron archivados los antecedentes).
Triunfante la revolución de 1891 contribuyó a la organización del partido Liberal Democrático y trabajó por la rehabilitación histórica de su ilustre hermano.
Dejó de existir en Melipilla, el 9 de mayo de 1899, sin terminar su periodo parlamentario.
José Elías Balmaceda Fernández (1849 - 1917)
Nació en Santiago, en el año 1849. Hijo de Manuel José Balmaceda Ballesteros y Encarnación Fernández Salas. No se casó.
Se educó en el Colegio Inglés de Valparaíso, y se dedicó enseguida a los estudios serios y labores agrícolas.
Se inció, siendo muy joven en la carrera pública, como diputado por el departamento de Casablanca, periodo 1876-1879.
Fue senador por varios periodos: por Tarapacá primero, en los periodos 1897-1903, 1903-1909 y después por la provincia de Ñuble, 1909-1915. La personalidad del senador por Ñuble, se acentuó por su integridad en muchos años de vida parlamentaria. Fue uno de los hombres públicos prestigiosos del Partido Liberal Democrático y miembro de una familia de eminentes servidores de la Nación.
En 1909 ocupó la presidencia del Senado, distinguiéndose en la dirección de los debates de ese alto cuerpo legislativo. Fue convencido propagandista de la nacionalización del salitre, un defensor de las prerrogativas constitucionales del Presidente de la República y un economista de versación y de patrióticos anhelos por el mejoramiento económico del país.
La Provincia de Tarapacá le debió el estudio concienzudo de sus intereses y su defensa en el Senado. La destrucción del monopolio del agua potable de Iquique se debió a él, escudriñando los archivos y exhibiendo a los ojos del país en un libro y con sus discursos en el Senado, los secretos de ese monopolio.
Agricultor instruido y progresista, labró su fortuna en la explotación de sus valiosas haciendas.
Como parlamentario, fueron muchas las cuestiones de diverso género que dilucidó con criterio propio y erudición. A veces sus ideas iban contra la corriente general, no siempre instruida y justiciera, y el tiempo y los sucesos confirmaban la exactitud de sus juicios.
Combatió el proyecto Krauss de dársenas en Valparaíso, sostuvo la necesidad de estudiar antes, como obra primordial, la construcción de un gran rompe-olas que abrigara las dársenas; y combatió como un error técnico capital, que se construyera un puerto sin ante-puertos. Estas ideas fueron corroboradas más tarde por los proyectos del especialista ingeniero señor Scott y del eminente ingeniero constructor del Puerto de Montevideo, Mr. Guérad, que apreciaron el problema del mismo modo. Muy interiorizado en todos los asuntos de las provincias del norte, cuyos problemas abarcó completamente, combatió el monopolio ferrocarrilero de Antofagasta que se levantaba como un peligro para la industria salitrera y defendió siempre en el Senado todo lo que se refería al bienestar de esta industria y al progreso material de esas provincias.
En las discusiones sobre asuntos navales y especialmente en la que originó las reparaciones del «Capitán Prat», reveló un estudio concienzudo de lo que afectaba tan gravemente al interés del país en la rehabilitación de esa nave, que era la primera de combate para la defensa nacional.
Como representante de Tarapacá combatió la construcción del ferrocarril de Arica a la Paz por estimar que no pagaría la garantía, que no sería factor de la chilenización de Tacna y Arica y que no favorecería eficazmente el comercio con Bolivia. En cambio sostuvo con vigor la construcción del ferrocarril de Iquique a Oruro con gran acopio de datos y conocimientos como el único que consultaba los intereses del país.
De igual forma combatió el Tratado de Paz con Bolivia, que despojaba a Chile de la rica e inmensa región boratera y minera de Tarapacá, cambiando los límites bien definidos y tradicionales.
Aunque, como liberal democrático profesó en doctrina las ideas de su partido, sustentó las del respeto a las fuerzas y legítimas prerrogativas constitucionales del Parlamento.
Como hombre de partido, fue consecuente con sus ideas, sin perder su independencia de caracter.
Sirvió con desprendimiento a su partido y a sus correligionarios.
Dejó de existir, el año 1917.
José Rafael Balmaceda Fernández (1850- 1911)
Nació en Renca, provincia de Santiago, el 23 de agosto de 1850. Fueron sus padres Manuel José Balmaceda Ballesteros y Encarnación Fernández Salas.
Se casó con Ana Bello Codesido y tuvieron 7 hijos.
Cursó humanidades en el Instituto Nacional y completó sus estudios en Europa, en la Universidad de Bélgica, donde obtuvo, en 1874 el grado de Doctor en Ciencias Políticas y Administrativas.
Después de la revolución de 1891 se consagró por entero a la política. Fue miembro del partido Liberal y posteriormente Liberal Democrático. Se dedicó a la reconstrucción del Partido Liberal Democrático y a servir los intereses públicos como parlamentario, como escritor y como ministro de Estado.
Fue diputado propietario por Angol, periodo 1888-1891 (suplente Marcelo Somarriva Undurraga); integró la Comisión de Gobierno y Relaciones Exteriores.
Diputado en el Congreso Constituyente de 1891, por Concepción y Talcahuano, continuó en la Comisión de Gobierno y Relaciones Exteriores.
Periodo 1894-1897, diputado por La Serena, Elqui y Coquimbo, integró la Comisión de Educación y Beneficencia; reelecto por el periodo 1897-1900, integró la Comisión de Relaciones Exteriores.
Fue electo senador por Coquimbo, periodo 1909-1915 y fue miembro de la Comisión de Gobierno; murió en el ejercicio de su cargo, en agosto de 1911.
Su casa fue saqueada a la caída de Balmaceda. Desterrado después del triunfo de Placilla, publicó en Buenos Aires, con el pseudónimo de «Nemo», un folleto titulado «La revolución y la condenación del Ministerio Vicuña», en que condenaba los procedimientos de los políticos revolucionarios. Publicó otros folletos: «Páginas de historia» y «La muerte de Balmaceda».
Volvió al país, continuó en política hasta su muerte.
Fue también ministro:
de Justicia e Instrucción Pública, el 19 noviembre 1901, ministerio de cayó en mayo de 1902; Ministerio del Interior, 18 marzo 1905-1o.agosto 1905; Ministerio de Relaciones, 29 agosto 1908-enero 1909; 22 enero 1909-15 jun.1909.
El 2 de julio de 1902 firmó el Decreto que creó en Santiago, en Recoleta, el Liceo de Niñas No.4, que en 1919 fue bautizado con el nombre de Paula Jara Quemada.
Dejó de existir en Santiago, el 7 de agosto de 1911.
José Daniel Balmaceda Fernández (1861 - 1905)
Nació en el año 1861. Sus padres fueron Manuel José Balmaceda Ballesteros y Encarnación Fernández Salas.
Se casó con Trinidad Fontecilla Sánchez y tuvieron 11 hijos.
Estudió en el Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago, desde 1964. Posteriormente se dedicó a la Agricultura.
Fue muy generoso y desprendido. Figuraba entre los que proporcionaban más fondos para los gastos internos de su partido, el Liberal Democrático, o para hacer triunfar alguna candidatura.
También formó parte del directorio general de su partido.
Fue diputado por primera vez en el Congreso Constituyente de 1891, por Elqui;
integró la Comisión de Elecciones, Calificadora de Peticiones.
Fue electo diputado nuevamente, por Llanquihue, Carelmapu y Osorno, periodo 1897-1900; integró la Comisión de Negocios Eclesiásticos.
En el periodo 1903-1906, fue reelecto diputado por Tarapacá y Pisagua; integró la Comisión de Relaciones Exteriores.
Dejó de existir en Colina, el 6 de diciembre de 1905, antes de terminar su periodo como diputado.