DISCURSO  |  PROGRAMA

DE JOSÉ MANUEL BALMACEDA EN LA CONVENCIÓN QUE LO DESIGNÓ CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA EL 17 DE ENERO DE 1886

Señor Presidente de la convención, 

Conciudadanos: 

Designado candidato del partido liberal a la Presidencia de la República, en esta Convención de delegados elegidos por el pueblo y de honorables y autorizados representantes del Congreso Nacional, acepto reconocido la situación de honra, de labor y de responsabilidad que se me ofrece, como un homenaje debido a la voluntad de mis correligionarios políticos, y a las ideas liberales que he servido durante mi vida pública. 

Siento en este momento una justificada zozobra de espíritu, al contemplar la vasta y ardua tarea encargada a mi solicitud y esfuerzos. Me alientan, no obstante, los votos de esta numerosa asamblea, que espero habrá de prestarme siempre el concurso eficaz de sus luces y de su patriotismo. 

Las nobles palabras del honorable Presidente de la Convención, me hacen creer que es oportuna la manifestación, aunque sea muy breve, de ideas y propósitos comunes, que forman los vínculos políticos que hoy sellamos a la faz de la República entera. 

Nuestra política exterior debe reposar sobre la observancia escrupulosa de los tratados y del derecho internacional, y en nuestro igual respecto a las naciones con las cuales vivimos en amistad. Acaso estaría excusado de afirmar que en toda eventualidad mantendremos incólumes los derechos y el honor de la República. 

Concluida la guerra y celebrada la paz con las repúblicas vecinas, probaremos prácticamente a las naciones del pacífico, que entre ellas y Chile, no existen intereses antagónicos, pues buscamos la preponderancia pacífica del trabajo, de un mayor esfuerzo en el desarrollo comercial, y de una vitalidad nacional sostenida por el vigor de las instituciones y la cohesión del patriotismo en los negocios exteriores. 

El cumplimiento de un mandato constitucional y la necesidad de fortalecer la constante seguridad del Estado, aconseja dictar la ley que organice democráticamente la Guardia Nacional. Es un medio práctico de establecer la comunidad de los deberes impuestos a todos los ciudadanos en servicio de los más altos intereses de la Nación. 

Todo régimen liberal descansa en el ejercicio regular de los derechos individuales. No existe propiamente libertad individual allí donde prevalece un régimen de excepción o privilegiado. 

La reforma, ya civil o política, que extiende y robustece la igualdad legal y el imperio del derecho común, no vulnera el principio de autoridad ni ofende la libertad de conciencia. 

El derecho común, expresión práctica de la libertad civil, han asegurado la libertad de constituir el estado civil de criterio positivo humano a la legislación del Estado, para resguardar la libertad religiosa. 

[…]

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Narra: Manuel Lobos Infante, Director Ejecutivo de Fundación Balmaceda

by JM BALMACEDA | Distribución de la riqueza nacional y justicia distributiva

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