Por Nicolás LLantén Quiróz – Historiador
La lucha por la igualdad que han debido que afrontar las mujeres en todas épocas ha sido dura, cruel y ardua en todas partes del globo. Tanto es así que esta lucha aún se prolonga. Actualmente, si bien existen intenciones de diferentes sectores por contribuir a esta lucha, las altas cifras de acoso, cosificación y asesinatos hacia ellas permiten vislumbrar que, si bien se avanza, falta mucho aún por concretar para obtener una verdadera igualdad.
Si esto ocurre en los inicios del progresista siglo XXI, podemos llegar a imaginar cómo era la situación a fines del siglo XIX. Si bien por todo el mundo se multiplicaban los sucesos de rebeldía por parte de las mujeres, las consecuencias de dichos actos muchas veces consentían horribles consecuencias. Sin ir más lejos, hemos de recordar a Olympe de Gouges quién en plena revolución francesa fue guillotinada por propugnar la igualdad de hombres y mujeres como parte de la nueva sociedad a construir post Antiguo Régimen.
Sin embargo, a pesar del machismo imperante en la época y de las críticas referidas a su persona, el presidente Balmaceda buscó suplir esas dificultades para con las niñas y mujeres del país con uno de los pilares que más rescató siempre entre sus ideales: la educación. El presidente Balmaceda en 1888, destacaba de esta manera la reciente apertura de una Escuela de Artes y Oficios para mujeres: “cuyos trabajos iniciales aseguran su éxito futuro”, en los cuales, se buscaba que las mujeres pudiesen solventar una educación que les permitiese obtener cierta autonomía económica, para evitar seguir siendo dependientes de los varones y además ser parte, también, del proceso productivo moderno que necesitaba el país para conseguir el progreso sostenido. En ese mismo sentido, exponía en el mismo mensaje:
“Se construyen actualmente 42 edificios para escuelas, todos de cal y piedra y cal y ladrillo, con departamentos especiales para el director y en conformidad a los modelos más acabados, y con una capacidad total para 17.000 niños. Se continuara la construcción de otros, de manera que en el año próximo su número llegue a 100 y con capacidad para 40.000 alumnos.(…) Se construyen también dos grandes escuelas normales de preceptores: una para mujeres en Chillan y otra para hombres en Concepción. Y luego se iniciará la construcción de otra gran escuela normal para preceptores en Santiago”.
Podría creerse, también, que estas son solo palabras y quedaron no más en el tintero, lo cual es el menos cuestionable, puesto que ambas instituciones existieron hasta bien entrado el siglo XX.
Finalmente, este acto de progresismo reflejado por el presidente se vio muy claramente, cuando en 1887, tanto Eloísa Díaz, como Ernestina Pérez, al ser proclamadas como las primeras licenciadas en medicina de América Latina, por la Universidad de Chile, el presidente Balmaceda les envió las felicitaciones correspondientes y estuvo presente en dicha ceremonia.
Cabe hacerse la pregunta, entonces: ¿Qué tanta promoción vemos en la actualidad de dichas expectativas? ¿Qué tanto sintonizan nuestras actuales autoridades con las demandas de las mujeres? ¿Promueven la incorporación de la mujer en lugares relevantes de la sociedad? Estas son solo algunas de las innumerables preguntas que podemos realizar con respecto a esta situación que aqueja a las mujeres, que por cierto no está para nada resuelta, pero que, al menos hace más de cien años, la presidencia encarnada por Balmaceda fue progresista, si tenía una valoración positiva de las mismas y, a pesar de su época, promovió dichos cambios en las miras de su gobierno. Ojalá nuestras actuales autoridades alguna vez logren tener ese horizonte de expectativas… Chile lo requiere con urgencia.
Para saber más:
- García-Huidobro, C. (1994) José Manuel Balmaceda. Idealista y realizador. Santiago: Zig-zag.
- Osorio, C. (2019) “Las primeras médicas de Chile y Latinoamérica: Eloísa Díaz Insunza y Ernestina Pérez Barahona”. Rev. méd. Chile. vol.147, n.3, pp. 367-371.
- Silva, B. (2015) Historia Social de la Educación chilena. Instalación, auge y crisis de la Reforma alemana. Santiago: Ediciones de la Universidad Tecnológica Metropolitana.