El año 2005, el directorio de la Fundación Balmaceda decidió otorgar este premio al ex Presidente de la República Don Ricardo Lagos Escobar.
En 1960 se gradúa de abogado en la Universidad de Chile, y en 1966 obtiene un doctorado en economía en la Universidad de Duke, Estados Unidos. Hasta 1972, ejerce como profesor titular de la Universidad de Chile, se convierte en Director de la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, también dirige el Instituto de Economía y, en 1969, es elegido Secretario General.
A raíz del golpe de estado de 1973 se traslada a Argentina, y luego a Estados Unidos. Allí ejerce labores académicas y de investigación. De vuelta en Chile se integra, en calidad de economista, al Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe, de la ONU.
Entre 1983 y 1984 preside la Alianza Democrática y en 1987 el Comité de Izquierda Pro Elecciones Libres. A fines de ese mismo año funda el Partido por la Democracia. Colabora como Ministro de Educación y como Ministro de Obras Públicas, bajo los gobiernos de Aylwin y Frei. El 11 de marzo de 2000, asume como Presidente de la República de Chile.
El papel jugado por Ricardo Lagos en la década de los ochenta es fundamental en la lucha por la recuperación de la democracia en nuestro país. Como una de los principales rostros del NO en la campaña del plebiscito de 1988, su discurso consistió en llamar a vencer el miedo y a volver a un estado democrático sin violencia.
Su gobierno se caracterizó por el evidente cambio que se produjo en infraestructura de caminos, aeropuertos, puertos, edificios públicos y también en las relaciones comerciales con los principales centros económicos del mundo.
En materias valoricas durante su gestión se producen grandes y decididos logros en relación a la memoria histórica nacional en materia de derechos humanos.
En el periodo de gobierno de Ricardo Lagos la libertad ocupa un lugar privilegiado, la sociedad chilena es mucho mas abierta, más pluralista y más diversa que ayer, alcanza importantes logros en topicos como la eliminación de la pena de muerte, la censura cinematográfica, la ley de divorcio y la aprobación de una nueva constitución que elimina los enclaves dejados por el regimen autoritario.